Se podría
decir que el iaido es una disciplina marcial que consiste en aprender a manejar
la espada (en japonés Katana o Ken)
para desenvainar y cortar con rapidez, salvando la propia vida y matando a
quien la ponía en peligro; pero a través de los siglos esa finalidad, sin duda
bélica y violenta, de utilización de una espada se fue uniendo a otro tipo de
elementos, fundamentalmente psicológicos y espirituales.
Los contenidos psicológicos vendrían
dados sobre todo en el hecho de convertir el entrenamiento en el manejo de la
espada en un trabajo interior para conseguir una autodisciplina que lleve a la
persona más allá del sentimiento de dolor cotidiano, hacia un progresivo
mejoramiento como ser humano.
La base espiritual del iaido estaría
en relación directa con una de las ramas del budismo, el zen. En él se
persigue, ante todo, la consecución plena del presente, la captación del
instante en el mismo momento en el que sucede, sin pasado, sin futuro;
existiendo sólo lo que hay en el presente fugaz que desaparece en el mismo
momento en que se realiza un planteamiento lógico del tiempo.

Es en esto
último donde cobraría sentido de ser la práctica contemporánea del iaido. La
utilización de una espada con fines violentos, además de degradar al ser humano
como tal, ya no tiene razón de ser (continuamente los enfrentamientos bélicos
nos muestran cómo el hombre ha llevado el refinamiento de la brutalidad de matar
más allá del uso de un arma blanca).
Así pues, ¿dónde reside la
justificación actual de trabajar con la espada? (si es que se necesita alguna
justificación para ello).
En el pensamiento de mejorarnos como personas,
en la visualización de nuestros defectos para trascenderlos en cada corte, en
la purificación que supone cada silbar de la hoja al abatirse hacia un cuerpo
que no está.

En 1968, en una Comisión compuesta
por maestros de diversas koryu, se
crea la escuela de Sete-iaido, en ella se engloban elementos de todas los
estilos antiguos, convirtiéndose en un magnifico acercamiento a la práctica de
este Arte Marcial denominado iaido.
Detrás
de la técnica
debes
saber que está el espíritu.
Está
amaneciendo;
abre la
ventana,
y ahí
está, ¡la luz de la luna brilla en el interior!
Yagyû Tajima no Kami Munenori
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