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jueves, 12 de mayo de 2016

DOJO KUN

Los principios del Karate Kyokushin del
Maestro Oyama

Toda asociación que nace con la voluntad de procurar el desarrollo del ser humano en su totalidad se plantea una serie de principios que guíen a la persona en ese camino tan valioso como es el del crecimiento interno. Casi podría decirse que estos códigos son tan antiguos como la civilización. Algunos se preocupan por reglamentar las relaciones entre los miembros de una comunidad, persiguiendo la idea de justicia correspondiente a la época en la que se ha procedido a su codificación (el Código de Hammurabi podría ser uno de los ejemplos más antiguos a los que hacer referencia), otros reglamentan las relaciones del acólito con su dios y otros pretenden marcar las normas que rigen el comportamiento de una determinada clase social. Entre estos últimos se encuentran los variados escritos o tradiciones orales que dirigen la vida de la clase guerrera japonesa (también existieron entre los caballeros cristianos, para los javanmard persas e incluso entre las asociaciones de las distintas culturas precolombinas). El Bushido es palabra procedente de la unión de dos conceptos, Bushi, o samurái, y do, camino en el sentido de recorrido vital hacia la perfección del ser interior. Es interesante destacar ahora la presencia de Michi, sinónimo de do en los Dojo kun del maestro Oyama.
Dojo-Kun
Dojo Kun
            Las circunstancias creadas por el devenir de la Historia van cambiando, y con ellas la mirada del ser humano tanto hacia su interioridad como hacia la relación con el otro. En el caso japonés se produce un cambio fundamental hacia finales del siglo XIX, con el comienzo de la Era Meiji (1868-1912) que abrió las fronteras del Imperio al exterior, hacia el desarrollo de la potencia que en la actualidad es Japón.

            El Bushido, en los diversos tratados que lo ponen por escrito a lo largo de los siglos XVI a XVIII, se preocupa fundamentalmente de formar el espíritu de una clase guerrera desde la disciplina de la aceptación del servicio. Aunque esto no es exacto, casi podríamos decir que algunas cartillas de adoctrinamiento son manuales para el perfecto funcionario armado.

            En 1905, Inazô Nitobe (1862-1933) escribe Bushido, el alma de Japón; en esta obra, el concepto de lo Marcial cambia radicalmente. Ya no es el servicio a la tiranía, sino la reglamentación de la vida desde unos fundamentos morales como son coraje, rectitud, cortesía, sinceridad, honor, lealtad hacia la esencia de la persona, propia o ajena. Así se inicia un humanismo de la vía marcial que seguirá progresando con las artes de combate desarrolladas en la modernidad. Jigorô Kanô había planteado ya su idea en Kôdôkan, escuela para el estudio del camino, en 1882, y esta es la base del judô. Gichin Funakoshi crea el modelo del karate Shotokan a partir de 1922 cuando publica su primer libro Ryu Kyu Kempo Tode. O Morihei Ueshiba, fundador del aikido. A partir de la década de 1930 también se produce una revisión de la historia de los principios del Bushido y de los samuráis. Hay que destacar aquí la novela de Eiji Yoshikawa (1892-1962) Musashi, publicada por entregas a partir de 1935. En ellas se relatan las aventuras de uno de los más importantes hombres de espada del siglo XVII, Miyamoto Musashi, autor de un texto básico para el conocimiento de las artes marciales como es el Libro de los cinco anillos. El maestro Masutatsu Oyama conoció en torno a 1950 a Eiji Yoshikawa y los preceptos que encontramos en sus obras están presentes, de alguna manera, en la elaboración de los Dojo Kun que reglamentan el comportamiento de aquel que quiera comprometerse y progresar en la vía que es el Karate Kyokushin.
Masutatsu-Oyama
Masutatsu Oyama
Dojo Kun

1.- Dedicaremos todo nuestro esfuerzo al desarrollo espiritual, intelectual y físico.
2.- Nos mantendremos alerta en la búsqueda del verdadero camino del arte marcial, así como en las enseñanzas de nuestros maestros.
3.- Buscaremos con gran vigor cultivar un espíritu de abnegación.
4.- Observaremos las reglas de la cortesía, el respeto a nuestros superiores y nos abstendremos de la violencia.
5.- Nunca olvidaremos la verdadera virtud de la humildad.
6.- Nuestros únicos deseos serán buscar la sabiduría y la fuerza física y mental.

7.- A través de la disciplina del Karate Kyokushin buscaremos el completo y verdadero significado del CAMINO.

Aunque en próximos artículos analizaremos los principales temas que contienen estos fundamentos, no estaría de más que los enumeremos, porque en ellos está la línea que separa una pelea callejera de lo que es realmente la evolución en el transcurrir del camino: reconocimiento de los tres pilares sobre los que se asienta la condición humana (espíritu, mente y cuerpo), la práctica del arte marcial como un Camino que enraiza en las enseñanzas de los maestros, la abnegación como entrega y esfuerzo, la cortesía, el respeto, el querer apartarse de la violencia gratuita que animaliza al hombre y la búsqueda de la sabiduría y la fuerza tanto física como mental.

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