Los principios del Karate
Kyokushin del
Maestro Oyama
Toda asociación que
nace con la voluntad de procurar el desarrollo del ser humano en su totalidad
se plantea una serie de principios que guíen a la persona en ese camino tan
valioso como es el del crecimiento interno. Casi podría decirse que estos
códigos son tan antiguos como la civilización. Algunos se preocupan por
reglamentar las relaciones entre los miembros de una comunidad, persiguiendo la
idea de justicia correspondiente a la época en la que se ha procedido a su
codificación (el Código de Hammurabi podría ser uno de los ejemplos más
antiguos a los que hacer referencia), otros reglamentan las relaciones del
acólito con su dios y otros pretenden marcar las normas que rigen el comportamiento
de una determinada clase social. Entre estos últimos se encuentran los variados
escritos o tradiciones orales que dirigen la vida de la clase guerrera japonesa
(también existieron entre los caballeros cristianos, para los javanmard persas e incluso entre las
asociaciones de las distintas culturas precolombinas). El Bushido es palabra procedente de la unión de dos conceptos, Bushi, o samurái, y do, camino en el sentido de recorrido vital hacia la perfección del
ser interior. Es interesante destacar ahora la presencia de Michi, sinónimo de do en los Dojo kun del
maestro Oyama.
Dojo Kun |
Las circunstancias creadas por el
devenir de la Historia van cambiando, y con ellas la mirada del ser humano
tanto hacia su interioridad como hacia la relación con el otro. En el caso
japonés se produce un cambio fundamental hacia finales del siglo XIX, con el
comienzo de la Era Meiji (1868-1912) que abrió las fronteras del Imperio al
exterior, hacia el desarrollo de la potencia que en la actualidad es Japón.
El Bushido, en los diversos tratados que lo ponen por escrito a lo
largo de los siglos XVI a XVIII, se preocupa fundamentalmente de formar el
espíritu de una clase guerrera desde la disciplina de la aceptación del
servicio. Aunque esto no es exacto, casi podríamos decir que algunas cartillas
de adoctrinamiento son manuales para el perfecto funcionario armado.
Masutatsu Oyama |
Dojo Kun
1.- Dedicaremos todo nuestro
esfuerzo al desarrollo espiritual, intelectual y físico.
2.- Nos mantendremos alerta en
la búsqueda del verdadero camino del arte marcial, así como en las enseñanzas
de nuestros maestros.
3.- Buscaremos con gran vigor
cultivar un espíritu de abnegación.
4.- Observaremos las reglas de
la cortesía, el respeto a nuestros superiores y nos abstendremos de la
violencia.
5.- Nunca olvidaremos la
verdadera virtud de la humildad.
6.- Nuestros únicos deseos serán
buscar la sabiduría y la fuerza física y mental.
7.- A través de la disciplina
del Karate Kyokushin buscaremos el completo y verdadero significado del CAMINO.
Aunque en próximos
artículos analizaremos los principales temas que contienen estos fundamentos,
no estaría de más que los enumeremos, porque en ellos está la línea que separa
una pelea callejera de lo que es realmente la evolución en el transcurrir del
camino: reconocimiento de los tres pilares sobre los que se asienta la
condición humana (espíritu, mente y cuerpo), la práctica del arte marcial como
un Camino que enraiza en las enseñanzas de los maestros, la abnegación como
entrega y esfuerzo, la cortesía, el respeto, el querer apartarse de la violencia
gratuita que animaliza al hombre y la búsqueda de la sabiduría y la fuerza
tanto física como mental.
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