Se podría
decir que el iaido es una disciplina marcial que consiste en aprender a manejar
la espada (en japonés Katana o Ken)
para desenvainar y cortar con rapidez, salvando la propia vida y matando a
quien la ponía en peligro; pero a través de los siglos esa finalidad, sin duda
bélica y violenta, de utilización de una espada se fue uniendo a otro tipo de
elementos, fundamentalmente psicológicos y espirituales.
Los contenidos psicológicos vendrían
dados sobre todo en el hecho de convertir el entrenamiento en el manejo de la
espada en un trabajo interior para conseguir una autodisciplina que lleve a la
persona más allá del sentimiento de dolor cotidiano, hacia un progresivo
mejoramiento como ser humano.
La base espiritual del iaido estaría
en relación directa con una de las ramas del budismo, el zen. En él se
persigue, ante todo, la consecución plena del presente, la captación del
instante en el mismo momento en el que sucede, sin pasado, sin futuro;
existiendo sólo lo que hay en el presente fugaz que desaparece en el mismo
momento en que se realiza un planteamiento lógico del tiempo.
Esta filosofía sirvió de mucho a los
representantes de la casta guerrera de los samurái (los equivalentes a los
caballeros de Occidente). Sirvió de mucho porque ayudaba a vivir sin contar con
el futuro, sin estar atado al pasado. Vivir en el pleno presente y actuar en
consonancia con lo que en cada momento ocurría, trascender la idea de vida y de
muerte para que en cada momento sucediese lo justo, lo que tenía que suceder.
Es en esto
último donde cobraría sentido de ser la práctica contemporánea del iaido. La
utilización de una espada con fines violentos, además de degradar al ser humano
como tal, ya no tiene razón de ser (continuamente los enfrentamientos bélicos
nos muestran cómo el hombre ha llevado el refinamiento de la brutalidad de matar
más allá del uso de un arma blanca).
Así pues, ¿dónde reside la
justificación actual de trabajar con la espada? (si es que se necesita alguna
justificación para ello).
En el pensamiento de mejorarnos como personas,
en la visualización de nuestros defectos para trascenderlos en cada corte, en
la purificación que supone cada silbar de la hoja al abatirse hacia un cuerpo
que no está.
Desde el siglo XVI comienzan a
desarrollarse diversas escuelas especializadas en el uso de la espada. Algunas
de ellas, que reciben el nombre de Koryu
(ko, antigua, ryu, escuela), todavía perviven en la actualidad: Muso Shinden Ryu,
Katori Shinto Ryu.Tamiya ryu Conocimientos que se mantienen vivos mediante la
práctica de una serie de katas (movimientos enlazados que buscan una finalidad)
ajenas, como se ha dicho, a un pensamiento violento que persiguiese
exclusivamente la aniquilación del otro.
En 1968, en una Comisión compuesta
por maestros de diversas koryu, se
crea la escuela de Sete-iaido, en ella se engloban elementos de todas los
estilos antiguos, convirtiéndose en un magnifico acercamiento a la práctica de
este Arte Marcial denominado iaido.
Detrás
de la técnica
debes
saber que está el espíritu.
Está
amaneciendo;
abre la
ventana,
y ahí
está, ¡la luz de la luna brilla en el interior!
Yagyû Tajima no Kami Munenori
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